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Curva espina
La dureza de lo dual,
ya lo dijiste,
no puede esconder
su coleto dolor
pero las puntas
de tus espinas,
a veces, se tocan
con las de otros
Y eso, recuerda,
ya es como la curva
de un consuelo.
Por la montaña
Poco después de la muerte
de mi madre subí
varias veces por la montaña
que le gustaba mirar.
Recogí piedritas, quizás
como para llevarlas
a su tumba aunque no
fuera judía,
o quizás porque
esas piedras tienen,
como imagen de su mirada,
un destino silente. |
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